miércoles, 24 de septiembre de 2008

DEMASIADO TARDE.


Hoy me levanté temprano para ir al trabajo. Me subí al micro, todo bien hasta aquí, de pronto en un boulevard de alta velocidad un perro fue arrollado, ví como rebotó contra el auto y después contra el pavimento...c.h.i.n.g.a.o.u...era un perro casero que se le había escapado a una señora. Demasiado tarde. Más adelante el camión hasta la m.a.d.r.e de lleno, super congestionado, lleno de ácaros (como diría un grupito de junior´s que subieron por vez primera a un micro, con caras de asco, ¡o sea no!, sin saber que todos los días besan la tapa de su excusado -el celular-, a veces los prejuicios nos superponen a una realidad ficticia, tanto que caemos en hipocondría, realmente se piensan enfermos si viajan en un colectivo, ¡¡¡no m.a.m.e.s!!! ),de gente, un ladrón le robó su bolso a una señora. de edad avanzada, yo iba sentado del lado del vidrio. Nadie dijo nada y todos lo vieron..::¡con una c.h.i.n.g.a.d.a! Me levanté de mi asiento, la señora estaba triste y asustada. Uno piensa que la gente ya debería estar acostumbrada a esto, a la jauría diaria de pobreza, que muerde, que duele y que embiste, que desilusiona una y otra vez...no te deja salir. Es raro, hoy en día se habla de mucha espiritualidad, de lo interior, de tu fuerza, aquella que se encuentra en el interior de tí mismo, pero sólo encuentras miseria, mierda y más mierda...lo único que te queda es irte limpiando esas impurezas de las cuales somo bañandos todos los días. Muchos no lo quieren ver y se encierran en su esferamierdesca(ellos se impregnan de perfume D&G o carolina herrera 212, diesel, calvin klein, puma, etc. No quieren oler mal.) . No huelen el fétido olor de la pobreza, del hambre, de la voluntad del Todopoderoso, del "en está vida nos tocó vivir". Una absoluta resignación a la desgracia, a lo virginal bañado en sangre. No, la gente no se ha acostumbrado aunque viva en este mundo de miseria. La señora temblaba, sentía el dolor, la intrusión y el despojo...Me bajé del micro...Alcancé al tipo, -a ese hijo de p.u.t.a.-se detuvó en una parada de autobús.
-Hola, oye, ¿me puedes dar la hora?- le pregunté. -No traigo reloj mano, te la debo.-me contestó.
Me lo quede viendo, era delgado tez apiñonada, tenía una cicatriz en la mano, y de pronto le ví más detalles... No tenía cuatro dedos de la mano derecha, un brazo estaba como roído por una especie de navaja oxidada, le salía sangre y gritaba mucho. Me acerqué un poco más y estaba como tosiendo, le salia sangre. Puedo decir que su tez cambio a rojo intenso, sí rojo. Pronto noté que no tenía ojos, estaban trirados en el suelo al igual que el sujeto. Gritaba y suplicaba no sé que tontería, la verdad no le entendía. Más cerca y pude notar que sus intestinos estaban por fuera. Tome el bolso y le dije -¿Qué te pasa? ¿Te sientes bien?-.
-¡¡Dejáme, yaaa, lo sientoooarhggg!! Ya no me respondió más...Quedó en el suelo con las visceras expuestas y regadas por toda la calle igual que aquel perro que había sido atropellado segundos antes. Demasiado tarde. Tomé el bolso de aquella señora, ví su identificación electoral. Se lo llevé a su casa. No estaba. Demasiado tarde. Me abrió su hija muy linda ella, reflejando lo hermoso de esta vida, sonreí y me sonrió. Le dí el bolso de su madre, me dio las gracias y le dije -Dile a tu mamá que tenga cuidado y que no pierda la esperanza. Que tengas un bonito día-.
-Gracias, te cuidas- Me sentí bien ese día, pero como que algo se me olvidaba, p.u.t.a ¡ya no fuí a trabajar...Demasiado tarde!

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