viernes, 13 de abril de 2012

ELECCIONES PRESIDENCIALES 2012 MÉXICO


Aquí estoy otra vez. Tratando de acostumbrarme a los tantos temblores que han venido sucediendo últimamente y de manera demasiado persistente. No sé si sea una mera coincidencia que estemos en el año 2012 -un número superficialmente cabalístico- y que a w.e.b.o. representa el fin del mundo, fin de las cosas. Y es que así lo quieren poner, ya quieren que sea el fin del mundo...pero nomás’ no pasa nada. Ó tal vez sea el rayo de Tesla (HAARP) que está provocando tantos temblores y movimientos en la corteza terrestre. Ó simplemente el mundo ya está hasta la madre de nosotros y nuestros d.e.s.m.a.d.r.e.s. y quiere darse unas vacaciones lejos de nosotros. En fin, pasa de todo y al final no pasa absolutamente nada. Tal como sucede en este país que ve venir las elecciones para elegir a su nuevo representante, a su dirigente a su líder, a su presidente.


Un presidente que llevará a este país a encumbrarse como un país de primer mundo. Que lo sacará de la pobreza y que le prometerá las llaves de San Pedro (aunque se las tenga que robar) al pueblo mexicano.


Antes de ser presidente, la persona en turno es un candidato presidencial. No conoce las necesidades de la gente, no es capaz de discernir entre el MIB y el PIB. Suele estar enfermo de ‘ansia de poder’, no reconoce a sus semejantes, y un largo etc. que ya varios conocen.


Sin embargo, lo que sí tiene claro es a quién va a gobernar. El futuro presidente sabe que va a gobernar a un pueblo sin memoria, agachado, conformista, apático, gustoso del ocio y del entretenimiento fácil-simplón, sin esperanzas y muy indiferente a las necesidades generales del propio país en el que habita. No tiene respeto a la vida. Habrá miles de muertes durante su mandato pero ninguna de ellas le será atribuida. Él no mata, manda a matar. Sabe que puede robar y cometer toda clase de actos impúdicos a todos los niveles, con el tiempo se olvidarán sus acciones. Y aunque unos pocos lo recuerden, no son los suficientes y no tendrán los w.e.b.o.s. para enfrentarlo. Solo oirá murmullos de quejas y desolación pero hasta ahí. No habrá mayor inconveniente. Sabe que tendrá toda la impunidad deseada. Será criticado, abucheado pero nunca le quitarán el poder mientras este dentro del tiempo de su mandato. El candidato a la presidencia conoce muy bien el perfil de los gobernados. Por eso ama tanto a este país que le da tanto y parece ser una fuente de ingresos inagotable. Ni siquiera tiene que estudiar lo que tiene que hacer sino más bien debe emular a sus antecesores: primero robar, luego robar y finalmente robar. Realizará proyectos e implantará modelos de otros países para reproducirlos aquí en México. Y es que al mexicano le gusta eso. Copiar, cortar y pegar. Ni siquiera se pasa por un proceso hermenéutico en la adquisición de las ideas, ¿para qué? No nos hagamos p.e.n.d.e.j.os. que aquí no pasa nada.


Se haga lo que se haga en este país y aunque se descubran sus cloacas –las del drenaje profundo, ‘ahí mero’- no va a pasar nunca nada. Es así de simple, las cosas están ahí, los sucesos, todo se presenta delante del buen mexicano pero… no pasa nada.


El hambre seguirá, la usurpación y el ultraje a este país no tendrán fin. Y así iremos de generación en generación recordando y olvidando. Viviendo de ‘sueños guajiros’ y respirando el aire contaminado de la gran ciudad.

Ahora, además de la ya respirada contaminación viene otro factor que contamina más que cualquier medio: elecciones presidenciales. El gran circo se ha instalado cual paracaidista, parece que vinieron y llegaron para quedarse. Despilfarro y frivolidad es lo que caracteriza al acto en sí. No hay propuestas nuevas, ni mucho menos ideas. Se tienen 4 contendientes principales que protagonizaran la puesta en escena, el gran acto.


Uno de ellos es Quadri, con una propuesta fresca, con tendencias a mejorar la educación y con un derroche de recursos moderado. Se paga toda la propaganda y la manutención de este partido con impuestos del pueblo. Se crea este tipo de partidos pequeños para simular la democracia.


Otro candidato es Obrador, con una propuesta extraña, populista y con muchas ganas de generar un cambio. Probablemente sea el único candidato que podría generar dicho cambio. Es una posibilidad, sin embargo no ganará y le arrebatarán las elecciones como ha sucedido antes. Y como todo buen ser humano cometerá errores y se hundirá hasta convertirse en un mero bufón de estas elecciones. Su partido derrocha recursos de manera moderada-media. No ganará porque independientemente de que haya sido un peligro para México, ahora se ha convertido en un caudillo rebelde sin causa y loco por tener el poder. Bueno, eso dicen los medios televisivos y eso le gusta al pueblo.

Al pueblo le gusta vivir en la mediocridad y no le gusta explorar nuevos horizontes, no se quiere arriesgar, para qué si no va a pasar nada.


Un candidato más es, Vázquez Mota, mujer de un partido ultra conservador. Su partido consume y derrocha recursos de manera alta. Mucha publicidad, mucho gasto público y muy pocas posibilidades o nulas de ganar. Es una causa perdida. No tiene la fuerza y se trata de escudar en su condición de mujer, perdiendo por default: “…presidenta de falda pero con muchos pantalones…” La especialidad de este partido es regalar el país a otros países extranjeros.


Y el último candidato pero no menos importante es Peña Nieto. Su partido derrocha recursos de manera alta y sin moderación. Han gobernado al país durante muchos años y vienen por la revancha. Su especialidad es mantener la pobreza y el hambre a toda costa. Los mass media son sus aliados y han orquestado una gran telenovela con la cual ganarán las elecciones. Una de sus principales ventajas es que saben aprovechar muy bien la mediocridad y la ignorancia del pueblo a su favor. Aunque esto lo hacen todos los partidos. Ellos exprimen hasta la última gota de ignorancia del pueblo mexicano. Su candidato en turno solo tiene facha. Está vacío por dentro y es manejado por intereses corruptos. Es el tiro de gracia que necesita México y la afirmación contundente de que este país no tiene memoria.

¿Qué es lo que queda? ¿Anular voto? ¿No votar? La respuesta más sensata es salir a votar por el menos peor. Todos los candidatos y en general la política en México está bañada en mierda. Y toda su historia está escrita con sangre y llagamiento del pueblo mexicano.

Mientras el pueblo mexicano no sea capaz de generar un líder para un cambio tendremos que conformarnos con lo ‘menos pior’. ¿Tienes una propuesta? ¿Conoces a alguien capaz de generar un cambio dentro de tu entorno, alguien real y que conozcas?


No botes a los candidatos, vota por el menos peor. Triste y lamentable es lo que nos queda. Pero no te preocupes que no pasa nada.