viernes, 17 de octubre de 2008

LA VIDA ES COMO TE LA TOMAS...

la vida es como te la tomas...

Ya mi país me ha decepcionado en más de una vez. Y es que no es mi país sino que es el país de todos los mexicanos (tal vez por ello me decepciona, ja, no lo veo en la totalidad) y puesto que es de todos los mexicanos, se torna muy ambiguo su ser de 'mexicaneidad' (p.u.t.a. tenía que ser filósofo!!). Ya no sé lo que es realmente México.

Los dioses encarnados antes Zeus, antes Poseidón o Atenea ahora se presentan bajo el manto de lo mexicano. Obvio no son de origen netamente mexicano pero representan al México querido: la Virgen María, y todos los Santos vengadores en busca de ser un buen ejemplo a todos sus seguidores, no andan en mallas ni lanzan láser's, ni vienen de otro planeta sino que vienen de la mismisíma imaginación de Dios... además no podía faltar Jesucristo rockstarsuperestrellarevolucionario. Al final todos estos personajes son icónicos. Todos ellos son ejemplos a seguir, lucharon, vivieron sacrificios, yaaa... aunque sea en la imaginación pero los vivieron, la vida no es la única realidad. La imaginación es otra vida, un universo paralelo enclavado en lo mas profundo de los agujeros negros, ahí en los limítes del universo, donde la masa adquiere una densidad extrema, ahi dónde 'está' el Todopoderoso, si lo sé, nunca he estado ahí pero lo he soñado, ahí esta esa 'otra' vida. En vano han sido sus esfuerzos, pobres imágenes. Una mala imagen, una mala publicidad, ya hasta salen en el alarma! o en las revistas llenas de cuerpos rotos y de mucha sangre, todos ellos sangrando, con heridas, sintiendo dolor sin sufrir, dicen que el dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional. Error, si bien los santos en la imaginación de Dios soportaron el dolor y no sufrieron puesto que era parte del designio del Señor, sintieron el dolor como una catarsis que los lleno de vida, dicen que muchos de ellos retaron a la muerte, aquí en este primer momento el dolor no era sufrimiento sino catarsis.

Hoy miles de años después estos personajes están sufriendo, no por su dolor sino por la enajenación que ha sufrido su dolor, en estos tiempos el sufrimiento no es opcional, sino que es una resaca de tanto dolor...el sufrimiento llega después del dolor, eso sí es inevitable. No se puede hablar de dolor sin sufrimiento. Lleno de atisbos de lentitudes, lleno de fragancias ensombrecedoras y de palabras inocuas. El sufrimiento no llega con el dolor, sino con el morbo que se tiene hacia el dolor...ajeno y no el nuestro. El alma sufre, su sufrimiento es el morbo que se tiene de su propio dolor...Nietzsche con los clavos enterrados en su mente, con esas agujas hilarantes acuñadas en los resiquios de la intempestiva resequedad de su piel sentía el dolor.

-Sí lo sientes vívelo, llenate de dolor, de vida, y no lo maldigas que sin él no existiría la purificación...-parece decirnos un Nietzsche lejano. Eso me recordó una canción de The aeropajitas que todavía anda en proceso de creación, obra inconclusa, al igual que mi vida, la cual dice: "ya no sufras más ya no llores más solo siente tu dolor sin fin..." Evitemos confundir el mensaje y no seamos tan comunes, el sentido común aquí se extingue como las llamas de un infierno en pleno invierno, ja.

Pura fantasía, fantasia peligrosa porque al final nos la creemos, sí, que no pasa nada...que esas cosas a mi no me pasan...¿a poco existen personas así?...Pero yo pensaba que...¡BASTA! México país hermoso lleno de mierda por todas partes que es justo con los burgueses y que olvida a los propios olvidados, no a los pobres ni a los indigentes, sino a las personas que tienen fe en su país, en un mundo mejor y que con su actitud han sido reprimidos, juzgados, masacrados ya sea con arma en mano o con actitudes, con miradas con 'decires', con palabras. Aquellos que se les apaga su luz con la constante desilusión del hambre, de la miseria humana, del nepotismo, del fanatismo. No hay lugar para estas personas aquí en México, tristes soñadores, decepción ambulante, allá donde los Santos, ese es su lugar.
Nada hay, nada queda, solo refugiarse en los vestigios de la memoria personal y del dolor. Se convierte en sufrimiento cuando México con la mirada llena de morbo los voltea a ver, no porque los recuerde sino porque alimentan su cinismo, su barbarie, su mismo morbo. Así, el dolor no es dolor, es sufrimiento y el sufrimiento se convierte en dolor. Peligrosa se vuelve la ecuación que define a estos seres que los minimiza, por vez primera, por un instante me convierto en México, en ese México de todos los mexicanos, en el México inmediato, extranjero y lejano.


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