miércoles, 20 de agosto de 2008

AMaRTE AMoR.



Nuevamente recorro los caminos sinuosos de mi alma. Descubro la alegría del vivir, su justa dimensión, su eterna duración. Vivir, no hay más. Bueno sí, el no-vivir. Pero que mas da.

Hoy recordé que existe amor, que realmente existe lo incondicional, lo eterno, lo divino, el placer exquisito bañado en liquido vital en solución acuosa con átomos de ser...Salgo a la calle tan lejana y oscura. Te encuentro y te descubro entre el alba, entre el amanecer de los sueños, entre la volcadura de tu cuerpo y en la profundidad de tu mirada. El tiempo se rompe en centenares de sueños, en cada uno de ellos estas tú, se esparcen por el espacio vacío de nuestro ser, se van convirtiendo en realidades, en vidas y una vez más, en sueños. No estoy durmiendo, estoy aquí para ti. Es lo que soy, no hay más. Pequeño ante la infinidad de tus sueños, ante el hambre de tu alma que se come esos trozos de realidades. Las digieres y te das cuenta que podría haber sido diferente. ¿Para quién? Para ti. No, para mi...El amor es un poderoso anestésico mental, un eficiente antibiótico ante los dolores inquebrantables del alma, una aporía que enfrenta a la mismisíma Soledad y a veces en los claroscuros define aquellas parcialidades en las que somos envueltos. Nos alejamos del vómito de Dios y nos definimos. Amor, amor, podría descifrarse conociendo el verdadero nombre de Dios a través de las matemáticas, díficil, arduo es el trabajo para encontrarlo, para sentirlo y para vivirlo...solo amor y nada más...








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