domingo, 17 de febrero de 2008

VITA MALDITA


Hoy me desperté muy depresivo, como previendo el caos que se desataría en el transurrir del dia, froto un poco mis ojos y me asomo a la ventana, veo lo mismo: un maldito sol que amenaza con convertirme en cáncer. Cierro la cortina, después de todo el sol no tiene la culpa, él no rompió la capa de ozono, es entonces cuando me levanto, saboreo el hálito oxidado de mi decir despúes de una noche de juerga, de insomnio y de locura, no sé si fueron esas chelas ó esa chica tan linda, las causantes de aquel insomnio....ahora lo sé...ese recuerdo me hace feliz, sonrio y de pronto... no sé... ya me estoy hartando, ¿de qué?, aún no lo sé y ya estoy harto, lo que va a pasar cuando lo sepa no quiero ni imaginarlo...pasan unas horas y ya estoy en otra parte...pasan unos minutos más y me siento desausiado...¿qué es lo que pasa?...está pasando la nada que con su mirada sonriente coquetea y juega conmigo, después se pone solemne, se va hacia los muros inexistentes del cosmos en donde Dios llora en silencio esperando romperlos, pero sólo espera al igual que yo...Yo estoy esperando no romper esos muros sino más bien el autobús que me lleve al trabajo diario de cada día, a donde sea menos aquí en este esperar tortuoso, con este clima cálido, de nuevo ahí está el sol...con sus distintas texturas quemando mi piel, sonrojando mi rostro y poniéndome a sudar...llega el camión y me subo, apesta como todos...ya casi llego al trabajo, pienso que está transcurriendo otro día más, otro amanecer más y (obvio) supongo que va a venir un anochecer más temprano que tarde...no lo sé, en realidad hoy me muevo por instinto, hoy siento que la vida apesta y está maldita. Un padre alcholizado que le pega a sus hijos me lo confirma, una madre que decide abortar me lo recuerda, un sacerdote pedofílico lo hace evidente, además varios necrofílicos sedientos de carne humana lo hacen hasta normal...Salgo del trabajo, hasta aquí sigo inmerso en la rutina, a veces reflexionó cosas distintas, pero casi siempre es sobre lo mismo: la existencia misma, la vida, yo y los demás...nada importante, voy en el camión de regreso a mi hogar a mi cueva, donde las sombras se convierten en dogmas y dónde el fuego no hace otra cosa que calentar...nada poético, nada heroico, solo me está quemando y me está derritiendo lentamente, le ruego a Dios que detenga esto, su excusa es que nos hizo en un mal momento, milésimas de segundos después y el mundo hubiera sido distinto, pero no lo es, -¡ya! aterriza deja de pensar, deja de divagar-me dice, -no quiero porqué si dejo de pensar empiezo a sentir, y sufro, me duelen las iniquidades, me duele la impotencia de no poder deternerlas- le respondo....ya no me dice nada, creo que ya se fue...y yo también...continúa...

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