miércoles, 25 de junio de 2008

Nezahualcóyotl!!


Hoy en el trabajo, inmerso en la rutina no tan diaria sino al réves, inmerso en la diaria rutina, un cliente me dijo su nombre -Hola, mi nombre es Nezahualcóyotl Hurtado-me dijo. Le respondí -Buen día Sr. Neza..huatl....co-oo-yotuul-. No pronuncié bien, me costó trabajo y lo terminé llamando por su apellido. En ese preciso instante me sentí como Arcadio Buendía cuando a Macondo llegó la enfermedad del insomnio...no sé si se transmite por la boca o por el contacto físico, lo que si tengo certeza es que sus reminisencias de esa enfermedad ficticia me llegaron a lo más profundo de mis entrañas, sentí un espasmo incontenible del alma, esa realidad inmediata de repente me mostraba una cara distinta y no me bastaría etiquetarla y ponerle un nombre para recordarla porque simplemente parecía muy lejana. Los pensamientos me empezaron a dar vueltas, tenían sólo formas y no contenido, fuí al excusado a vomitar todos esas formas y sólo conseguí congestionarme más...¡Puuta madre! Volteé a ver a mi alrededor y todo parecía tan normal, ahí seguía mi supervisor, mi compu de trabajo, todo bien...De pronto un escalofrío recorrió toda mi médula, empecé a sudar, mi vista se empezó a nublar, veía los colores muy intensos y los sonidos callaron en una armonía mortal, después ya no pude pronunciar nada más y el mundo dejó de ser...Confundido sin entender ni una palabra, me levanté de mi lugar, ya no veía a mi supervisor, ni a mi compu, ni siquiera veía ya al edificio entero, todo estaba 'vacío', mi lugar ya no estaba, ni siquiera podía ver mis manos, ni mis pies, llegó el momento que hasta el mismo vacío desapareció...mi voz dejó de emitir ruido, se volvió mas tenue, pronto ya no quedó nada. La nada se convirtió en el todo y ese todo se ahogó en la nada, la misma nada desapareció y esa ausencia me dolió, ya que me estaba olvidando de mí, estaba empezando a olvidar lo que era, lo que soy, ¡y todo por no saber pronunciar una palabra nahuátl!, me dí cuenta que no era nada sino al contrario que nada era...mi esencia recibió en una llamada telefónica un vuelco quedando suspendida en una chingada angustia -ver Heidegger- que no supé cuanta duración tuvo, tal vez no duró, sino que yo tuve una duración en ella...Lento, sacudido por la intempestiva simultaneidad de la existencia decidí salir de la angustia con un salto doble mortal hacia atrás, caí en una idea que me despedazó el pensamiento, cayendo en una habitación llena de espejos, cada resto de pensamiento se postró delante de un espejo, los reconocí era yo, sí, ¡ese soy yo!, así es, a w.e.b.o. que soy yo, fue cuando todo tuvo sentido...logré reconocer también a la persona que se reconocía a sí misma, ahí está, díle que se pronuncia Nezahualcóyotl!

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